El sector reclama la creación de un canon disuasorio que evite la pérdida del 52% de residuos útiles para combustible
En el peor año para la industria del cemento por la caída en picado de las ventas, todo ahorro de costes es bienvenido, especialmente el derivado del gasto energético, que representa el 37% de los costes de producción del sector, entre energía térmica y eléctrica. Los enormes hornos de las 36 fábricas que operan en España para la producción de clinker generan el 16% del gasto en combustible, por el uso de energía térmica. En el actual contexto de crisis y con el precio del petróleo rozando de nuevo máximos históricos, las cementeras quieren acelerar su apuesta tecnológica y productiva por el uso de residuos como combustible alternativo al petróleo y al carbón, en la que llevan más de una década.
En ese camino, dichas compañías se han topado con un obstáculo insalvable: el uso masivo de vertederos en España, que siguen almacenando el 52% de residuos municipales, según cifras de la agencia estadística de la Unión Europea (Eurostat). "Somos el parque cementero que menos energía consume en Europa tras 12 años de inversión en mejora tecnológica y, sin embargo, nuestro coste en combustible sigue siendo mucho más elevado que en la UE", explica Pedro Mora, director de tecnología y medio ambiente de Oficemen, la patronal de la industria.
Las empresas achacan este diferencial a la imposibilidad de atraer más residuos para transformarlos en nuevo combustible. En Holanda, la tasa de reutilización de residuos para combustible alcanza hasta el 80%, en Alemania es del 55%, mientras en España se reduce al 15%. "Esa diferencia nos resta competitividad", añade Mora. Por ello, Oficemen pide que la Ley de Residuos que ha entrado esta semana en el Congreso para sustituir la norma de 1998 imponga un canon para aquellos desechos que terminan en los vertederos.
La medida figura entre 11 enmiendas al texto que la patronal ha presentado, y pretende empujar a la creación de nuevos instrumentos que penalicen con más contundencia la eliminación de residuos valorizables, lo que en la jerga del sector significa que puedan tener una segunda vida como fuente energética.
"Limitar el uso de vertederos supondría elevar notablemente los porcentajes de reciclado y aprovechar después la energía contenida en los residuos", explican desde Oficemen. En solo un año, los residuos que sustituyeron a combustibles fósiles tradicionales crecieron del 6,5% al 11,9% en las instalaciones cementeras como fuente de calor alternativo al coque de petróleo. El objetivo del sector en España es alcanzar el 20% de sustitución al petróleo en 2012.
En España existen hasta 76 tipos de desechos autorizados para ser transformados en energía para combustible. A las 28 instalaciones que tienen luz verde para valorizar llegan aceites usados, plásticos, neumáticos, lodos de depuradora, disolventes y barnices, serrín, madera o grasas animales. En 2002, el Gobierno recurrió a las cementeras para deshacerse de las harinas cárnicas afectadas por la crisis de las vacas locas.
La apuesta del sector le ha valido salir de la lista de actividades industriales más contaminantes para abrazar un modelo productivo que emite menos dióxido de carbono y de paso ahorra energía y costes. Evitar el uso de vertederos significa limitar las emisiones de metano, gas muy tóxico, que se producen al fermentar las basuras orgánicas. El uso de residuos que se consideran biomasa, como harinas animales, madera o serrín, contribuyen a reducir las emisiones de CO2.
El viaje del sector hacia un modelo más sostenible es un desafío sin vuelta atrás, en un contexto de mayor restricción regulatoria ambiental, caída de la demanda de cemento y búsqueda de precios energéticos más competitivos.
Las cifras
80% tipos de desechos están autorizados en España para ser transformados en 'ecofuel' para la industria del cemento.
76 de residuos para nuevo combustible se reutilizan en el sector cementero en Holanda, mientras que en España esta cifra se reduce al 15%.
37% de los costes de la producción del sector son energéticos, entre energía térmica (que sirve para calentar los hornos a muy alta temperatura) y electricidad.
Grabar el argot en el texto de la ley
Hasta 11 enmiendas ha presentado la patronal de las cementeras al texto de la Ley de Residuos que prevé actualizar el actual marco normativo para el tratamiento y gestión de desechos en España, que data de 1998. La primera y más importante para el sector es que reconozca lo que en la jerga del reciclaje se conoce como valorización energética. Sin esa premisa pierde fuelle cualquier intento de grabar en el mármol legislativo la necesidad de transformar los residuos en nueva fuente energética.
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