Cementos Blancos de Aragón (CBA), titular de una planta de molienda de clínker en Azuara (Zaragoza) y controlada por cuatro socios ligados a los negocios de la construcción, ha encontrado en Cemex el bálsamo para hacer frente a una deuda de 30 millones con varias entidades bancarias que le apoyaron en la construcción de una instalación en la que han invertido 47 millones de euros. CBA tiene prácticamente cerrado un acuerdo de alquiler de la instalación aragonesa por diez años con la multinacional cementera mexicana. Los ingresos obtenidos servirán para atender el crédito sindicado en el que participan, entre otros, La Caixa, Banco Popular y Banco Sabadell.
Fuentes cercanas a la negociación aseguran que el objetivo de Cemex es paralizar la planta de Azuara, lo que significaría estrechar un ya de por si encogido mercado del cemento en Aragón. Portavoces de la firma mexicana reconocen los contactos, pero aseguran a CincoDías que su interés se centra únicamente en los equipos de la fábrica de CBA. La versión oficial explica que se estudia trasladar la maquinaria a distintas factorías de cemento. La principal candidata a ser reforzada es la planta de Morata de Jalón (Zaragoza). De un modo u otro, la instalación de CBA está a un paso de echar el cierre.
Paralización ordenada
En el calendario con que trabaja CBA la previsión es que la próxima semana se deje de producir, tras realizarse en los últimos días una compra de clínker a Cementos Portland. Igualmente, esta misma semana está previsto que se comunique a la plantilla de Azuara el cese de actividad y la puesta en marcha de un expediente de regulación de empleo (ERE) para la práctica totalidad de sus 21 trabajadores.
Entre tanto, varios empleados de la división de mantenimiento de Cemex se encuentran en la instalación de CBA revisando y verificando sus equipos. La idea, añaden fuentes del sector, es mantener en perfecto estado de revista las instalaciones para que sean operativas cuando finalice el contrato entre Cemex y los socios de CBA.
El derrumbe de actividad que afecta a los negocios ligados a la construcción y al sector inmobiliario han lastrado a una compañía que irrumpió en el negocio de los materiales de construcción cuando la crisis estaba ya desatada. Desde que iniciara sus operaciones, en abril del año pasado, ha producido unas 220.000 toneladas en un mercado en el que ha tenido que competir en la Comunidad Autónoma de Aragón con la propia Cemex, que posee dos plantas en esta autonomía. Una de ellas, la de Morata de Jalón, está operativa. La segunda, en la localidad de Andorra (Teruel), detuvo su construcción cuando estaba a un 70% de nivel de ejecución por la caída en picado de la demanda de cemento. La inversión en este último centro productivo se acercaba a los 100 millones.
Portland Valderrivas es el otro fabricante presente en el mismo área de influencia, con una fábrica en Olazagutia, en la vecina Comunidad Foral de Navarra.
El sector pasa en estos momento por sus horas más bajas. Las paradas de hornos y despidos se están generalizando entre las cementeras y no hay perspectivas de mejora a medio plazo. En el primer semestre de este año el consumo de cemento se ha desplomado un 35% respecto al mismo periodo de 2011.
La demanda en España tocó los 57 millones de toneladas en 2007; el año pasado esa cifra había caído hasta los 20,4 millones de toneladas, y para el presente ejercicio se prevén unos 15 millones.
No comments:
Post a Comment