Los despachos de cemento tuvieron una fuerte caída en el mes de abril, con una retracción del 16,5% con respecto al mismo mes del año pasado, luego de tres primeros meses en los cuales el indicador se mantuvo en el acumulado prácticamente estancado en su variación. Es la segunda caída registrada en el año, luego de febrero, cuando el indicador estuvo un 6,2% por debajo del año pasado. Así, en lo que va del año los despachos verifican una variación negativa del 4,5%.
El índice de despachos es un proxy de la marcha de la actividad de la construcción. Por ello, los datos conocidos recientemente no sólo marcan una señal de alerta para el sector, que venía desacelerándose en 2012, con una tasa promedio del 3,5%, sino que también dan la pauta de las dificultades que ha tenido la actividad para adaptarse a los nuevos controles cambiarios y comerciales que se han evidenciado a partir de fines del año pasado. El dato además preocupa porque la construcción fue en los últimos años uno de los sectores que traccionó el crecimiento del país y en 2011 redondeó una expansión del 8,7%.
Si bien el sector de la construcción sigue siendo considerado como uno de los principales alternativas de inversión ante tasas de interés bajas y una devaluación menor a la inflación, los controles sobre el dólar junto las trabas a las importaciones parecen estar sintiéndose sobre la actividad y lo seguirían haciendo, de hecho la desaceleración en la actividad fue mayor de lo que se esperaba a fines del año pasado.
Las restricciones a las importaciones estarían jugando un papel importante sobre la finalización de las obras, ya que en muchos casos la terminación de las mismas necesita de insumos importados. De hecho, el segmento ABC1 (con mayor poder adquisitivo) es aquel que tracciona la actividad, y el que a su vez demanda una mayor cantidad de materiales importados para la construcción de viviendas.
Las perspectivas hacia adelante dejan planteados algunos interrogantes. Al analizar los drivers que apuntalan a la construcción, la obra pública no tendrá este año una gran incidencia como la supo tener en otros años, debido a la ajustada situación fiscal y al no tratarse de un año electoral. Más allá del efecto precios y del aporte de la soja, los controles repercutieron en una menor recaudación en concepto de derechos de importación y del IVA DGA. Asimismo, hay que tener en cuenta que el avance sobre la quita de subsidios se ha frenado por el momento y que, por lo tanto muchas de las erogaciones seguirán yendo hacia allí, teniendo en cuenta que los mismos se volvieron inflexibles a la baja en el último tiempo.
De esta forma, ante el menor apalancamiento del sector público, habrá que hacer foco sobre el desempeño que se produzca por el lado de los privados. Más allá de ello, hay que advertir el verdadero impacto de los nuevos controles sobre evolución del sector aún es incierto y como, mencionamos anteriormente, los sectores de la población con mayor poder de compra son aquellos que se están viendo más afectados por la falta de insumos para la terminación de los proyectos en marcha.
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