Cementos Molins prevé cerrar este 2012 con un beneficio neto sin ajustes extraordinarios de alrededor de 40 millones de euros si se mantiene la buena evolución de las fábricas en el exterior, como las plantas de Argentina y Túnez.
En una cena con periodistas previa a la junta de accionistas de este jueves, el director general corporativo de Cementos Molins, Carlos Martínez, ha explicado que de los seis países donde está presente la cementera --España, Argentina, Túnez, Bangladesh, Uruguay y México--, el mercado nacional y el tunecino son los que han presentado "problemas".
En concreto, en España el consumo de cemento ha caído un 17,2%, hasta los 20,2 millones de toneladas, y en el caso de Túnez ha influido negativamente la revuelta de Libia y el cierre de fronteras --Libia supone la tercera parte de las ventas--.
El consejero delegado de Cementos Molins, Joan Molins, se ha mostrado preocupado por la caída del consumo en España y ha asegurado que de las seis cementeras que hay en Catalunya, sobran al menos dos debido a que no hay actividad y no se licitan obras.
Las ventas, que alcanzaron los 851 millones en 2011, se reparten entre Argentina (28%), México (28%), España (26%), Uruguay (10%), Bangladesh (4%) y Túnez (4%).
El director general de operaciones de Cementos Molins, Salvador Fernández, ha destacado el buen comportamiento de Argentina, México y la "buena noticia" de poder reanudar la actividad en India en agosto del año pasado tras la parada de 2010 por la retirada de la licencia de extracción de la cantera y que obligó a importar clinker durante ocho meses.
La cementera invirtió el año pasado 121 millones de euros, aunque el volumen inversor para este año va a caer un 34% hasta los 80 millones, debido a que el grueso de las inversiones ya se han llevado a cabo en la fábrica de Kairouan (Túnez), la ampliación del horno de Cementos Avellaneda (Argentina) y la planta de Apazapan (México), entre otros proyectos.
Asimismo, Cementos Molins prevé que de estos 80 millones, alrededor de 11 se destinen a España, mientras que el resto se invertirá en pequeñas partes en el resto de países debido a que este año es el primero en el que se va a reducir la financiación.
La deuda a cierre de 2011 ascendía a 398 millones de euros, si bien las previsiones pasan por reducirla hasta los 370 ó los 380 millones de euros aproximadamente, algo que va ligado a la reducción de inversiones.
En cuanto a la morosidad, Fernández ha sostenido que las constructoras pagan a 200 y 240 días, por lo que la ley, "aunque está muy bien hecha, llega tarde", ha lamentado.
Reducción de plantilla
La plantilla nacional se redujo un 8,4% en 2011 hasta los 1.466 empleados, mientras que la plantilla internacional repuntó un 2%, hasta los 3.032 empleados.
Está dinámica se va a ir consolidando, pues tanto Fernández como Martínez han explicado que se producirán "ajustes importantes" que se adaptarán a la actividad, y la reducción de plantilla se llevará a cabo mediante mecanismos como las prejubilaciones y no renovando las plazas libres que quedan de las jubilaciones.
Reducción de dividendos
Molins, ha apostado por bajar el dividendo este año porque "todos se tienen que apretar el cinturón, los accionistas también". Así, el año pasado el dividendo fue de 17 céntimos, y ha considerado que el porcentaje de los beneficios que la empresa reparte a sus accionistas como dividendos ('pay out') debería estar sobre el 40%.
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