Monday, July 9, 2012

VENEZUELA: Fletes y mercado negro agravan crisis del cemento en la frontera



Santa Elena de Uairén.- Desde que se produjo la nacionalización de las cementeras, a la capital de la Gran Sabana, el último municipio venezolano hacia el sureste del país, llega la mitad o menos del cemento que llegaba antes, cuando las fábricas de cemento se hallaban en manos privadas.

Sólo las dos bloqueras y las dos ferreterías más grandes continúan trayéndolo. Las fábricas de bloques ya no pueden venderlo, pues constituye su principal materia prima y en las dos ferreterías se acaba en un día. En una hay que madrugar y hacer la cola y en la otra anotarse en una lista y pagar por adelantado.

Pero, además, deben considerarse el costo del flete y la disparidad entre bolívares venezolano y reales brasileros que hace del cemento nacional un producto tan apetecible como el gas o la gasolina para los vecinos de Villa Pacaraima y otras localidades brasileras cercanas.

Falla la producción

Rafael Moreno, bloquero, dijo que “la realidad es que las plantas no están produciendo y lo otro es que se propicia el mercado negro, ves a un consejo comunal, a una bloquera comunitaria vendiendo cemento (…) En la redoma de El Dorado ves camioncitos vendiendo”.

En la planta, de Puerto La Cruz o Ciudad Guayana, el saco tiene un precio de 20 bolívares. Moreno calculó que traerlo le cuesta 15,62 bolívares por saco, si lo trae desde Pertigalete y 11,90 bolívares por saco si logra comprar en Ciudad Guayana.

No obstante, para este empresario lo más grave es que al disminuir la producción y asignársele un porcentaje a la Misión Vivienda se propició la existencia de “mafias que tienen los códigos, sacan el cemento y lo venden (…) Usura, dijo, estamos en manos de la usura”.

‘Yo recibía 16 gandolas al mes (cada uno carga 672 sacos). Ahora, recibo dos gandolas al mes”.

Con respecto a la venta de este producto a los brasileros hace una reflexión: “Como vas a hablar de Mercosur sin ser capaz de vender en la frontera”.
Más caro en Brasil

Jhon Fuentes es albañil, actualmente se encuentra trabajando en la construcción de un supermercado contratado por un grupo de comerciantes de origen asiático.

“Aquí el cemento nunca se ve, pasa directo hacia el lado de Brasil. Como los brasileros lo compran a mejor precio, aquí no se vende (…) Cuando

vienen 800 sacos, ya 500 están negociados, 300 nada más son para el público”, este es, a su juicio, el origen del problema.

“Aquí trajimos 200 sacos (desde el Kilómetro 88) y se gastaron 8 000 bolívares entre todo, trabajadores, transporte. Eso se acabó en un día, sólo alcanzó para vaciar la placa”, dijo. Además, denunció que en la alcabala conocida como “la guillotina” los efectivos les exigieron 1 000 bolívares “y cuatro cementicos”.

Contó que, en una de las ferreterías, venden 5 sacos por persona. “Si tu vas a vaciar una placa, que se lleva 300 sacos duras un año recogiéndolos y cuando llegas a 170 ya los primeros 70 están duros”.

Debilidades

Manuel Flores, vendedor y asesor de una ferretería, aseguró que el problema obedece a “las faltas de la planta para dar continuidad a los pedidos” y vinculó esta falla al deficiente mantenimiento de los molinos, sin descartar inconvenientes como las trancas en la Troncal 10, el suministro de combustible y las demandas que surgieron con la Misión Vivienda y las bloqueras comunales.

“Teníamos una gandola de 672 sacos semanal y nos están mandando ahora una quincenal. “Ya mañana no hay cemento. Hasta, a veces, en medio día se va el cemento”, dijo.

Flores descartó las versiones con respecto a la venta del cemento venezolano en el lado brasilero de la frontera: “Lamentablemente, dijo, hay mucha tergiversación porque, como no se consigue cemento, lo explican de esa manera”.

Él está convencido de que cuando pasa una gandola (cargada de cemento) hacia Brasil lo hace en el marco de los convenios comerciales establecidos entre ambos países.

Por petición de la clientela, la ferretería permite pagar por adelantado un máximo de 30 sacos por persona, garantizándole el producto en una carga específica. Mas aclaró: “El desespero y la ausencia de cemento genera esas listas, pero no es que trabajemos con el dinero de los clientes”.

Lo bueno de pagar por adelantado

Rosaura de Medina está de acuerdo con el sistema de pago por adelantado porque “aquí después que se colapsó la venta de cemento, estuve dos meses sin obtenerlo y optamos por pagarlo por adelantado”.

Ella está terminando su casa y la de su hijo y aseguró que la ferretería en donde compra con regularidad accedió a hacer las listas únicamente por petición de sus clientes.

Datos puntuales

La distancia entre Santa Elena de Uairén y Puerto Ordaz es de 700 kilómetros.
La distancia entre Santa Elena de Uairén y Puerto La Cruz es de 1 081 kilómetros.
La distancia entre Santa Elena de Uairén y Villa Pacaraima es de 15 kilómetros.

En Villa Pacaraima, La Línea, un saco de cemento brasilero cuesta aproximadamente 130 bolívares de acuerdo con la relación que entre bolívares y reales imponen los trocadores locales

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