Con la construcción de dos nuevas cementeras, una de Ancap y otra de privados, y el aumento en 30% de la capacidad de una de las existentes, Cementos Artigas, Uruguay se prepara para abastecer la demanda que generarán las obras de Brasil de cara el Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
El gigante norteño gastará US$ 500.000 millones para construir desde cero o remozar estadios, hoteles y rutas, así como para mejorar los puertos y aeropuertos. Esto genera una gran oportunidad para Uruguay, ya que el cemento y la cal uruguayas son de mejor calidad que los de sus vecinos, al tiempo que la cercanía geográfica juega a favor en lo que refiere al costo de flete de este producto muy pesado, contó a El Empresario Ignacio Otegui, presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay.
Rodrigo Goñi, presidente de Deracor, una de las industrias productoras de cemento que se está construyendo, reafirmó la percepción de Otegui: "El primer paso es Rio Grande do Sul; desde esa zona ellos tienen medios de transportarlo más fácil, vía marítima o vía férrea", agregó.
Esa planta surge de la mano del empresario uruguayo de origen brasileño, Ernesto Correa, quien vendió el frigorífico PUL y que con US$ 100 millones construirá la empresa en Treinta y Tres en los próximos dos años. Cuando se inaugure empleará unas 150 personas.
Según datos de Uruguay XXI, el año pasado firmas locales vendieron unos US$ 6,8 millones de cemento a Brasil, unas 72.000 toneladas. Esa cifra quedará perdida ante el millón y medio de toneladas que se colocarán en los próximos años. Es que la producción de Deracor será 100% para ese destino: casi medio millón de toneladas que se sumarán al millón que se venderá desde la nueva planta de Ancap, que actualmente negocia su instalación con firmas brasileñas.
Ésta funcionará también en Treinta y Tres y costará unos US$ 200 millones. "Hay varias empresas interesadas", confirmó Germán Riet, vicepresidente de la estatal.
Las exportaciones son del llamado clínker; "un proceso previo al cemento, la piedrita; a veces piden esto para hacer un cemento más brasileño", explicó Goñi. Otegui agregó que el pórtland tiene una vida útil corta, unos 45 días, por lo que generalmente las ventas externas son de ese producto más básico.
Uruguay consume 800.000 toneladas de cemento al año en la actualidad, pero se prevé que este consumo siga en crecimiento, sobre todo previendo obras de porte como Aratirí y Montes del Plata. Además, Ancap está encarando trabajos de modernización en las cementeras que tiene en Minas y Paysandú.
"Se están poniendo a punto porque estaban dando pérdida hace diez años, hace medio siglo que no se invertía en ellas", admitió Riet.
Más inversiones
Las inversiones llegarán también para el rubro cal, que si bien se destina a la construcción (para hacer revoque, pintura y yeso, por ejemplo), su uso es más variado. Por ejemplo, la calera que Ancap instaló en Treinta y Tres, abastece a la estatal brasileña Electrobras y se usa para mitigar las emisiones gaseosas. "Estamos estudiando que esa fábrica tenga una capacidad de producción mayor, porque han aparecido otros brasileños interesados en la cal", comentó Riet.
Otegui apuntó que "para abastecer a Brasil y lo que el propio Uruguay va a demandar", privados están estudiando la instalación de otra calera más en el país.
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