En el marco de sus arrebatos "revolucionarios", el presidente de Venezuela ordenó hace años la expropiación, entre otras, de varias plantas cementeras, que eran gestionadas o propiedad de "voraces capitalistas", entre ellos Cemex y la colombiana Argos -con su filial Cementos Andino-.
La producción estatal de cemento, a manos de gerentes bolivarianos de boina roja, ha resultado tan fructífera y eficiente, que hoy día no se consigue ni un bulto y la construcción está casi paralizada, según denuncian las propias agremiaciones del sector.
Así las cosas, Chávez solicita ahora a Argos que le vuelva a vender cemento y clinker. La empresa colombiana no se hace rogar, aunque obviamente solicitará garantías de pago por adelantado, atendiendo la especial fama de cumplimiento y buena fe que distinguen al régimen chavista en cuanto a pagos a empresarios colombianos se refiere. ¿Le aplicarán el sabio "Hoy no fío, mañana sí"?
No comments:
Post a Comment