Conseguir este rubro en la isla de Margarita se ha convertido en una misión imposible. Según ferreteros y representantes de la Cámara de la Construcción, la preferencia la tienen los consejos comunales y cooperativas.
Cuando se trata de consolidar cualquier tipo de estructura arquitectónica, es indispensable contar con diversos materiales para la construcción. Aunque cada rubro contribuye al engranaje para lo que será el resultado final de la obra, el cemento es uno de los productos más demandados y de gran importancia al momento de erigir paredes, fundar columnas y establecer bases.
Pese a que en los actuales momentos en el estado Nueva Esparta, según datos de la Cámara de la Construcción, no se desarrollan grandes proyectos de edificación -salvo algunos casos puntuales- la escasez de este insumo se siente en la calle.
Diversos trabajos de menor impacto son ejecutados directamente por el ciudadano común, quien día a día lleva sobre sus hombros la fabricación de viviendas, ampliaciones, remodelaciones y un sinfín de pequeños planes.
Los conflictos laborales que se presentan desde principios de abril en la planta de Cementos de Venezuela (antiguo Cemex), ubicada en Pertigalete, estado Anzoátegui, generan preocupación en la población insular. Aunque la distribución del producto desde la nacionalización de la referida empresa se efectúa de manera centralizada, el punto más cercano de comercialización a la Isla continúa siendo el de la entidad vecina.
Para Enrique Mudarra, habitante de Valle Verde, en el municipio García, esta situación le parece bastante engorrosa. Hace una semana necesitaba dos sacos de cemento y tuvo que buscar el producto tal cual “palito mantequillero”. Finalmente, luego de dar varias vueltas, logró comprarlos en una ferretería de Cocheima, municipio Arismendi. El costo de Bs. 40 por saco no era muy agradable, pero la necesidad lo obligó a pagarlos.
Wilfredo Lárez se dedica al comercio ferretero. Oferta cemento en su establecimiento casi improvisado en un garaje de casa en La Asunción. La mercancía se vende como pan caliente. Pese a que esto no le genera mayor ganancia, pues la unidad le cuesta Bs. 30 y él la expende entre Bs. 33 y 35, mantiene el producto en su estand para no dejar desarmados a los clientes, a diferencia de múltiples negocios dedicados a la venta de materiales de construcción que han retirado al rubro de su lista de ventas.
Jonathan Ramírez es encargado de Ferrenino en la avenida 31 de Julio, sector Crucero de Guacuco. Para él hay cemento en abundancia, pues le llegan cada semana hasta 48 paletas, cada una contentiva de 48 sacos. El comerciante explicó que debe hacer su pedido con dos semanas de antelación al Centro de Servicios de Cementos de Venezuela en Caracas para que éste le llegue a tiempo a la Isla. En su negocio cada saco está valorado en 30 bolívares.
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