Para Fancesa, poner en funcionamiento lo más pronto posible el horno Kawasaki, no sólo es cuestión de dinero, sino de “supervivencia” en el mercado. Si no lo hace, hasta podría ser desplazada por la competencia, según el presidente del Directorio, Luis Iriarte. La solución: Kawasaki, que le permitirá a la factoría chuquisaqueña tener dos líneas de producción de clinker.
Así lo explicó ayer Iriarte a los representantes de diferentes instituciones y organizaciones sociales del Departamento, en un taller informativo que, dijo, será una constante en la política de transparencia de la factoría chuquisaqueña.
Fancesa, actualmente, tiene una capacidad de molienda de cemento de más de 1,4 millones de toneladas al año. Su capacidad de molienda o de producción de clinker, sin embargo, apenas llega a 519 mil toneladas al año, lo que no le permite utilizar el cien por ciento de su capacidad de molienda de cemento. Eso, a su vez, está impidiendo que Fancesa incremente su producción y que no pueda satisfacer su demanda. Si ello continúa así hasta el 2014, corre el riesgo de perder ese mercado, según Iriarte.
“Nuestra capacidad de (producción de) clinker no permite utilizar nuestra capacidad de molienda al cien por ciento. Al contar con una sola línea de producción de clinker, como el que tenemos… todos los días los trabajadores viven con el ‘Jesús’ en la boca. Que no pase nada hoy, porque si se para mi única línea (de producción de clinker), no puedo producir cemento. Tendríamos que apelar a las reservas. Esa es la razón fundamental que nos obliga a contar con otra línea de producción de clinker, que es lo que va a aportar el Kawasaki”, explicó ayer Iriarte.
Así las cosas, Kawasaki permitirá producir 750 toneladas de clinker adicionales por día. Eso significa 1.000 toneladas de cemento adicionales por día.
¿Por qué refuncionalizar el horno viejo en vez de comprar uno nuevo? Lo que se va a reutilizar es el “cilindro”. Lo que va a hacer funcionar a ese “cilindro” va a ser completamente nuevo. “Solamente esa parte, del nuevo proyecto, es lo que estamos utilizando de los equipos antiguos. Los precalentadores y la parte posterior, los filtros y el enfriador básicamente, son absolutamente nuevos. Sería ilógico invertir más dinero para que todo el proceso de calcinación sea nuevo. No podemos gastar 2,8 millones de dólares (adicionales a los 27 de millones de dólares que costará el proyecto) solamente en esta sección, si lo que tenemos nos garantiza que va a funcionar. No importa la antigüedad. Este es el mejor acero que existe en este momento”, justificó Iriarte.
El gerente de la empresa, Juan José del Carpio, a su turno, también defendió el proyecto diciendo lo que sigue: “El horno (Kawasaki) tiene una expectativa de vida de 30 años; vida operativa, sin problemas, de 20 años. Hemos traído especialistas de afuera para hacer el análisis. Es un tubo de acero simplemente, y ese es el tiempo de vida para este elemento. Cambiar de entrada ese tubo, gastar 2,8 millones de dólares en algo que podemos postergar”.
Fancesa financiará el proyecto Kawasaki vía crédito de la banca local y, además, gozará de un periodo de gracia, para comenzar a pagar el préstamo. Es decir, cuando el horno Kawasaki comience a producir en septiembre de 2012, recién a partir de ese mes comenzará a pagar su préstamo.
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